Antonio de Coca

Coca, Antonio de. Coca (Segovia), m. s. xv – Océano Pacífico, 28.III.1521. Contador de la armada de Magallanes- Elcano.


Martín Fernández de Navarrete dice respecto a su lugar de origen que era castellano; Felipe Rodríguez Martínez asegura que “son varios los historiadores” que le hacen natural de Coca, aunque no recoge quiénes.


Rodríguez testimonia además que en el archivo parroquial de Coca figuran varios “Antonio de Coca” sin que haya nada que sirva para determinar quién de ellos fue el hombre intrépido que viajó con Magallanes.


No hay rastro de Antonio de Coca antes de que el 30 de abril de 1519, cuando Juana y Carlos le nombraron contador de la armada que se envió al descubrimiento de la Especería. Llegó a vincularse a esta empresa sin duda —como caucense que era— a través de Juan Rodríguez de Fonseca, que fue junto a Cristóbal de Haro y el grupo financiero de Burgos, armador y organizador del viaje, ya que los Fonseca tenían su señorío y su solar en Coca. Su tarea en la armada era hacer cumplir la instrucción real que recibió, en la que figuraban como obligaciones suyas estar presente, llevar cuenta y supervisar las presas y rescates (trueque u otras formas de comercio) en mar y tierra; cobrar el quinto regio que correspondía a la Corona; además era responsable del inventario y de vigilar la tarea del tesorero Mendoza. El sueldo asignado era de 50.000 maravedís anuales “desde el día en que diese la vela la armada hasta su vuelta a España”.


La expedición salió el 10 de agosto de 1519 del puerto de Sevilla, llevando una tripulación de doscientos treinta y siete hombres y suficientes víveres para un largo viaje. Formaban la armada cinco naves: la Trinidad, capitaneada por el mismo Magallanes; la San Antonio, por Juan de Cartagena, veedor general de la armada; la Concepción, por Gaspar de Quesada; la Victoria, cuyo capitán era Luis de Mendoza, tesorero de la armada, y la Santiago, bajo el mando de Juan Serrano. Antonio de Coca iba como segundo de a bordo de Cartagena en la San Antonio, nave que era además, desde el punto de vista político, el bastión realista, formado en buena parte por burgaleses, hombres de Haro —como Juan Sebastián Elcano, aunque éste iba como maestre en la nao Concepción, o Jerónimo Guerra, Escribano— y en general marinos y comerciantes relacionados con la región económica norteña con cabeza en Burgos. Coca no era el único hombre de la clientela de Juan Rodríguez de Fonseca que iba en la armada, también Juan de Cartagena era amigo personal y hombre de confianza del obispo de Burgos.


Tras cruzar el Atlántico a la altura de las Cabo Verde y no de las Canarias como estaba previsto, la hostilidad entre Magallanes y Cartagena crecía progresivamente.


En noviembre de 1519, estando reunidos Magallanes y los capitanes de las naves, se desencadenó una fuerte discusión: el almirante se apartaba cada vez más de las instrucciones reales y no se plegaba a la perspectiva del veedor general, que con tanto poder como él representaba a la Corona. El portugués ordenó prender a Juan de Cartagena, quien a su vez contestó indicando a los capitanes que era Magallanes quien debía ser arrestado. Las tripulaciones se habían disgregado en dos bandos. Mientras Cartagena quedaba preso, se nombró capitán de la San Antonio a Coca, sustituido antes de fin de año por Álvaro de la Mezquita, sobrino de Magallanes. El bando portugués parecía aventajar a los realistas u hombres de Cartagena.


El domingo de Ramos, 1 de abril de 1520, Magallanes invitó a todos los capitanes, oficiales y pilotos a oír misa en su nave y luego a comer. Sólo el contador Coca y Mezquita asistieron a la celebración litúrgica; sólo éste fue a la comida. Por la noche, Cartagena y Quesada pasaron con treinta hombres de la Concepción a la San Antonio para prender a Mezquita. Se hicieron con el poder en tres de los barcos y enviaron un mensaje a Magallanes para requerirle el cumplimiento de las provisiones de su majestad. Antonio de Coca requisó las armas de los partidarios de Magallanes en la San Antonio y las guardó en su cámara, y además, junto a Gonzalo de Quesada, una vez apresado Mezquita, otorgó el mando de la nave a Juan Sebastián Elcano y le ordenó que colocara la artillería en posición de combate. Pero el portugués reaccionó con energía: no acudió a la cita que le proponían, sino que, contraatacó y consiguió recuperar el dominio de la situación. Luis de Mendoza fue asesinado y descuartizado, así como el cadáver de Gaspar de Quesada tras ser ejecutado. El clérigo Pedro Sánchez de la Reina y Juan de Cartagena fueron condenados al destierro —era el 7 de abril de 1520— y abandonados en las costas de la Patagonia.


En las fuentes a partir de las cuales se ha reconstruido el relato de la primera vuelta al mundo no vuelve a haber noticias del contador Coca hasta su muerte, ocurrida por enfermedad a bordo de la Victoria el 28 de marzo de 1521, en la mar, cerca de la isla Massana (Limasawa). Tras la muerte de Magallanes en Cebú, la llegada a las islas de las Especias y después de un penosísimo viaje de retorno, la nao Victoria —única que quedó— llegó con Elcano por capitán a Sanlúcar de Barrameda el 6 de septiembre de 1522. Treinta años después del primer viaje de Colón se había logrado llegar a la Especería por occidente.


Además, se había demostrado empíricamente que la tierra era redonda. Pero tan sólo diecisiete supervivientes pudieron contarlo.

 

Bibl.: M. Fernández de Navarrete, Colección de los viajes y descubrimientos que hicieron por mar los españoles desde fines del siglo xv, Madrid, Atlas, 1964 (Biblioteca de Autores Españoles, vol. 76); F. Rodríguez Martínez, Historia de Coca, Guadalajara, Gráficas Minaya, 1998, págs. 265-266; A. Sagarra Gamazo, Burgos y el gobierno indiano: la clientela del Obispo Fonseca, Burgos, Caja de Burgos, 1998; I. Fernández Vial y G. Fernández Morente, La primera vuelta al mundo. La nao Victoria, Sevilla, Muñoz Moya Editores, 2001.

 

Adelaida Sagarra Gamazo


Fuente: Real Academia de la Historia


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