Homenaje a Javier Gómez Cabrero "El Pinche"
Un millar de objetos como herramientas o muebles se reparten en tres habitaciones
Javier Gómez Cabrero ha convertido su vivienda en un museo etnográfico
Con mucho tiempo y trabajo ha conseguido reunir, en tres dependencias, aproximadamente un millar de objetos varios, como herramientas, muebles, cerámica, cachivaches, fotografías, etc. Pero eso sí, todos ellos concienzudamente limpios y restaurados. De los cuales haremos una breve relación para dar una pequeña idea de lo que allí se encuentra.
Pasamos a lo que llamaremos el primer recinto, que es el pequeño patio de su vivienda. Ahí podemos contemplar muchísimos aperos de labranza, dos carros perfectamente restaurados, cántaros, carretilla para acarrear agua en cántaros, etc.; y lo que nosotros consideramos la pieza estrella por lo que de valor nostálgico y testimonial pudiera tener, el postigo, con su falleba, de lo que fueron las puertas del convento de franciscanos de Coca, desaparecido hacia el año 1836. Por dicha pieza tenemos un cariño especial, ya que contribuimos, con mucho entusiasmo, para que el antiguo poseedor la conservara hasta que pudiésemos encontrar lugar para su ubicación. Hubiésemos querido rescatar el total de las puertas pero, debido a su gran tamaño, nos fue del todo imposible lograrlo.
Pasamos al segundo recinto (sótano de la vivienda) y nos encontramos con infinidad de objetos: escaño, arado romano, dos trillos, varios yugos, utensilios del resinero y del cubero, cedazos, hostiario para fabricar hostias, llaves, cerámica popular, machota (para abrir piñas), varias clases de pesos y medidas (celemín, medio celemín, cántara, medida para la venta de piñones por los piñoneros, fanega, etc.), tenazas (del fogón y del herrero), candiles, armas e infinidad de objetos que dejan pequeño todo el sótano.
El rincón de los recuerdos
El tercer y último recinto digamos que es el despacho o rincón preferido de don Javier. Ahí, aparte de conservar otros objetos populares, guarda sus recuerdos más entrañables, como puede ser una apreciable colección de fotografías antiguas de Coca.
Todo esto, que el señor Gómez Cabrero ha conseguido reunir y conservar con cariño y esfuerzo, son de cesiones familiares, donaciones de amigos, y otras por compras que ha realizado. Así, gracias a Javier, se pueden contemplar algunas piezas que, por lo raras y ya en desuso, habrían desaparecido para siempre o que no se sabría el uso para lo que fueron fabricadas. Aún así, existen algunas que se desconoce, hasta por las personas más mayores, cual fue su utilidad. Creo que es una digna labor la que está emprendiendo este caucense de veras.
Nosotros hemos pasado en ese entrañable rincón largos momentos de tertulia con nuestro amigo Javier, al que damos las gracias por su amabilidad y le animamos a que continúe con su bonito trabajo.
Felipe Rodríguez Martínez, cronista oficial de la Villa de Coca y su tierra.
Artículo de El Adelantado de Segovia, publicado el martes 15 de agosto de 1995.