Otro año los vencejos
Maribel Egido Carrasco
Reconozco mi fascinación por los vencejos. Nuestros alados visitantes acuden fielmente a
su cita con nuestra muralla, donde nidifican.
Esta mañana antes de tomar el autobús que me llevaría a Segovia, aprovechando que me
sobraba algo de tiempo, me detuve para contemplar una vez más a esa alborotada tropa que
sobrevuela una y otra vez la muralla. Sus estridentes chillidos llenaban el espacio mientras sus
oscuras figuras se recortaban contra el limpio azul del cielo.
Seguí durante unos minutos sus itinerarios que llegaban desde el Arco de la Villa hasta el
Castillo, atravesando los jardines, aunque queda claro que su feudo preferido es la muralla a la
que volvían rápidamente para seguir volando sobre ella sin tregua.
Me encanta pensar que, aunque por aquí abajo en el territorio de los humanos, las cosas
a veces varían a nuestro pesar, en el mundo de los vencejos, todo parece seguir igual fiel a su
naturaleza.
Bienvenidos.