Nuestra marcha desde Coca hasta Villaverde de Íscar (30/11/2014)

La noche anterior fue lluviosa, lo que nos hizo temer que al día siguiente continuara la lluvia, aunque, por fortuna el cielo se abrió ante nuestros ojos por la mañana. Iniciamos la marcha hacia las 10:15 h. partiendo desde la Plaza Mayor de Coca, cruzamos el puente del río Eresma, y continuamos por la Cañada Real Leonesa Oriental, que aquí también se le conoce como "Camino de Valladolid". El camino estaba embarrado e íbamos paralelos al río Eresma, atravesando algunos vados (Hontanares y Villeguillo) que comunicaban ambos márgenes del río. Nos detuvimos para tomar un tentempié justo en el límite donde comenzaba el pinar de Bocos. 
Llegamos al caserío de la familia Bocos, lugar en el cual nos hicimos todos juntos la foto que podéis ver encabezando la entrada. A partir de allí se decidió partir por otro camino hacia Villaverde, un poco más largo, ya que de lo contrario llegaríamos mucho antes a nuestro destino; hicimos finalmente 19,2 km. 
Poco después de las 14:00 h. llegamos a nuestro destino, el Restaurante "Los Chicos", donde nos esperaba un gran cocido castellano.

El Caserío de Bocos

Situado a unos 8 kilómetros de Coca y 4 Kilómetros de Villaverde, perteneciente al término municipal de este último, se encuentra muy próximo al río Eresma. En ese lugar existe un despoblado que ha dado su nombre al mismo pinar en el que nos encontramos, el pinar de Castejón, este despoblado perteneció en su día a la tierra de Olmedo hasta 1833, aunque en lo eclesiástico estaba estrechamente vinculado a la vicaria de Íscar y al Obispado de Segovia.

Estado actual del Caserío

El caserío propiedad de la familia Bocos fue construido hacia el siglo XVIII, siendo el único edificio que quedaba en pie y en un estado de conservación muy aceptable de los tres que existieron en los límites del pinar de Castejón, decimos quedaba, porque lamentablemente, la noche del 7 al 8 de febrero de 2008 sufrió un aparatoso incendio al parecer provocado, destruyendo gran parte de éste, a cuya extinción acudieron dotaciones de bomberos de Coca e Íscar.


Detalles del interior del Caserío tras el incendio

El edificio del caserío tenía dos plantas, estaba coronado en la parte superior con una pequeña torre (hoy inexistente), que hacía las veces de mirador a los cuatro puntos cardinales, estando principalmente destinada a la vigilancia de incendios. La recepción de la casa es un añadido de finales del siglo XIX, una llamativa balconada de ladrillo sobre el porche original. Además disponía de 2 capillas, una interior y otra pequeña situada en un costado, la casa por lo tanto, tiene 400 metros de planta, adosada a un gran corralón, en él ha quedado intactos (salvándose del incendio) los almacenes, destinados en su día a guardar el grano. Los pastos y riberas junto al río Eresma aportaban el alimento a la ganadería de reses bravas que allí se criaba. La superficie total de la finca asciende a 250 hectáreas.


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