Los Girasoles
Maribel Egido Carrasco
Ya entrados en el mes de agosto, cuando el campo resecado por el calor y la sequia del verano, nos ofrece un aspecto parduzco y poco estético, aparecen a modo de oasis para la vista, esas extensiones sembradas de girasoles, cuya mezcla de verdes y amarillos ponen una bella y colorista pincelada en el paisaje, con sus cabezotas girando incansables en busca del sol que les da nombre.
Es el girasol, también conocido como mirasol, una planta herbácea que se cultiva como oleaginosa y también como planta ornamental, ya que sus grandes flores resultan muy atractivas con su luminoso color amarillo.
Van Gogh se dejó inspirar en varias ocasiones por el encanto de esta planta, encanto que dejó plasmado en una serie de cuadros al óleo, algunos de los cuales han alcanzado precios astronómicos en las subastas.
Ya entrados en el mes de agosto, cuando el campo resecado por el calor y la sequia del verano, nos ofrece un aspecto parduzco y poco estético, aparecen a modo de oasis para la vista, esas extensiones sembradas de girasoles, cuya mezcla de verdes y amarillos ponen una bella y colorista pincelada en el paisaje, con sus cabezotas girando incansables en busca del sol que les da nombre.
Es el girasol, también conocido como mirasol, una planta herbácea que se cultiva como oleaginosa y también como planta ornamental, ya que sus grandes flores resultan muy atractivas con su luminoso color amarillo.
Van Gogh se dejó inspirar en varias ocasiones por el encanto de esta planta, encanto que dejó plasmado en una serie de cuadros al óleo, algunos de los cuales han alcanzado precios astronómicos en las subastas.