Experimentando con el Light-Painting frente al castillo

Esta técnica se remonta hacia el año 1914 cuando Frank Gilbreth, junto con su esposa Lillian Moller Gilbreth, utilizaron pequeñas luces y el obturador abierto de una cámara para seguir el movimiento de la fabricación de su empresa y empleados de oficina. A partir de aquel momento y durante décadas sucesivas otros fotógrafos han sacado partido de este método para poder realizar fotografías más artísticas. 

Fotografías cortesía de David López Arranz

Generalmente la cámara ha de montarse sobre un trípode, el diafragma ha de estar bastante abierto y con un ISO bajo, además requiere una velocidad de obturación muy lenta, desde 1 segundo hasta los 30 segundos que permite una cámara habitual, hay mucho ensayo y error con esta técnica hasta que demos con el resultado deseado. El lugar deberá de ser bastante oscuro, de manera que permita realizar exposiciones largas sin que se queme ningún elemento de la escena salvo la estela que deja la fuente de luz.
Dicha fuente de luz con la que “pintar” puede ser una pequeña linterna. Una vez realizado el enfoque manualmente se pulsa el botón de disparo, y a partir de ese instante se dispone de varios segundos en los que mientras esté el obturador abierto, moveremos la linterna dibujando siluetas o palabras en el aire. La fotografía digital facilita mucho más las cosas, pues podemos ver el resultado al momento tras haber realizado cada toma.
El Light-Painting o Pintando con luz (hay que decirlo también en castellano), lo llevamos utilizando casi sin darnos cuenta los que nos dedicamos a la fotografía desde hace mucho tiempo, véanse por ejemplo las imágenes de los fuegos artificiales del año anterior, con tiempos de exposición de entre 2 y 4 segundos.


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