Un pequeño milagro
A estas alturas del calendario, cruzado ya el ecuador de Agosto, cuando ya han pasado por los pinares y riberas todos los sofocos y calores del verano, y cuando ya llevamos tantos días sin recibir ningún piadoso chaparrón, resulta difícil encontrar ningún reducto de frescor y humedad que permita ver algo verde o florecido.
Por eso fue para mí muy grato descubrir, a modo de pequeño milagro, estas preciosas setas, que habían logrado nacer y permanecer en un espacio, mínimamente húmedo. Como no creo que puedan durar mucho sin secarse, sobre todo si tarda en llover, las fotografié para que todos podamos admirar su belleza, sus delicados colores y su “valentía” para sobrevivir al calor del verano.
Por eso fue para mí muy grato descubrir, a modo de pequeño milagro, estas preciosas setas, que habían logrado nacer y permanecer en un espacio, mínimamente húmedo. Como no creo que puedan durar mucho sin secarse, sobre todo si tarda en llover, las fotografié para que todos podamos admirar su belleza, sus delicados colores y su “valentía” para sobrevivir al calor del verano.