El Real Convento de Santa Clara de Rapariegos
En estas pequeñas escapadas desde Coca, no descartamos en ningún momento la posibilidad de conocer los monumentos más importantes en los alrededores. Sin embargo, a menudo no nos paramos a pensar que quizá en alguno de los pueblos que atravesamos o pasamos de largo por nuestro camino hacia poblaciones de entidad más importante, también tienen edificios e historia de interesante valor cultural, que no suele destacar en las principales guías turísticas. No es este el caso pero, conviene recordar que todo cuanto nos rodea merece más atención.
Saliendo desde la misma puerta de entrada del castillo, nos dirigimos de nuevo hacia Arévalo, aunque esta vez, recorreremos unos 18 Km para situarnos en la población de Rapariegos. Al norte de esta, hallaremos el convento de Santa Clara de Asís habitado por 16 religiosas, cuya fundación está fechada hacia el año 1270 gracias a la generosidad de don Domingo Egidio y doña María Verdugo, ambos vecinos de Arévalo. En el interior del convento se hallan cuadros que atestiguan las jornadas que aquí pasó la reina Isabel I (Isabel la católica), fiel devota de santa Clara. La historia ha dejado un sabor agridulce en la supervivencia de este convento, pues ha sufrido a lo largo del tiempo numerosos hechos tales como el terrible incendio de 1750 que redujo todo a cenizas exceptuando la iglesia, los coros y un dormitorio de 7 celdas. Su posterior reedificación a base de limosnas y aportaciones desinteresadas sufrió 5 años más tarde otro trágico incendio. El estado actual de su construcción parte de la reedificación del segundo incendio. Durante la guerra de la independencia tuvo saqueos importantes, finalmente la desamortización acabó por dejarla en la penuria más absoluta. Actualmente, las hermanas elaboran de forma artesanal formas para la celebración de la eucaristía en parroquias más próximas, bordados por encargo y productos de bollería. Es recomendable llamar al convento con antelación para poder disfrutarlo por dentro, pues vais a tener la sensación de respirar un ambiente propio del siglo XII. Otros edificios de interés: La ermita del Cristo de Moralejilla y la iglesia de San Pablo Apóstol.