Quintos 2008
Maribel Egido Carrasco
El vínculo para acceder a la galería de fotos lo tenéis en esta imagen:
Os añado una pequeña reflexión que servía de colofón al mes de Febrero en el libro: "COCA, CRÓNICA DEL PRIMER AÑO DEL SIGLO XXI", cuando todavía la abolición del servicio militar no era efectiva.
Un año más llega la tradicional fiesta de los Quintos. Ésta celebración con gran arraigo en nuestros pueblos, se conoce en Coca con una expresión popular: "Correr la gallina"; ésta denominación se corresponde con la costumbre de que cada quinto aporte una gallina o gallo para contribuir a elaborar las comidas que, guisadas por las madres de los quintos varones, celebran después entre todos. Los gallos son adquiridos al efecto y criados con ese fin y, lamentablemente, a veces, no han salido muy bien parados durante las correrías de los jóvenes.
Quizá sea éste extremo, junto con alguna broma pesada que algún año han llevado a cabo, la única nota negativa en esta fiesta que, por lo demás reúne muchas cosas positivas, creando entre los chicos, que siempre la viven con ilusión , fuertes lazos de amistad que se prolongan a través de los años.
Puede ocurrir que en este nuevo siglo, cuando el servicio militar obligatorio va a ser abolido, ésta fiesta se convierta en algo anacrónico y tienda a perderse.
Sin embargo, ésta especie de rito iniciático que sirve a los jóvenes como transición de la adolescencia a la vida adulta, está muy arraigado y quizá se resista a desaparecer. El tiempo lo dirá.
Un año más llega la tradicional fiesta de los Quintos. Ésta celebración con gran arraigo en nuestros pueblos, se conoce en Coca con una expresión popular: "Correr la gallina"; ésta denominación se corresponde con la costumbre de que cada quinto aporte una gallina o gallo para contribuir a elaborar las comidas que, guisadas por las madres de los quintos varones, celebran después entre todos. Los gallos son adquiridos al efecto y criados con ese fin y, lamentablemente, a veces, no han salido muy bien parados durante las correrías de los jóvenes.
Quizá sea éste extremo, junto con alguna broma pesada que algún año han llevado a cabo, la única nota negativa en esta fiesta que, por lo demás reúne muchas cosas positivas, creando entre los chicos, que siempre la viven con ilusión , fuertes lazos de amistad que se prolongan a través de los años.
Puede ocurrir que en este nuevo siglo, cuando el servicio militar obligatorio va a ser abolido, ésta fiesta se convierta en algo anacrónico y tienda a perderse.
Sin embargo, ésta especie de rito iniciático que sirve a los jóvenes como transición de la adolescencia a la vida adulta, está muy arraigado y quizá se resista a desaparecer. El tiempo lo dirá.